miércoles, 28 de marzo de 2012

Reflexión de la HOAC y de la JOC ante la HUELGA GENERAL


REFLEXIÓN DE LA HOAC Y DE LA JOC ANTE LA HUELGA GENERAL
Las organizaciones sindicales han convocado una huelga general el próximo 29 de marzo para pedir al Gobierno de España la retirada de la recientemente aprobada reforma laboral que ha sido adoptada sin acuerdo con los sindicatos,  y contra los recortes en derechos sociales.
La Hermandad Obrera de Acción Católica (HOAC) y la Juventud Obrera Cristiana  (JOC) queremos, desde nuestro ser Iglesia y nuestra misión evangelizadora en el mundo obrero y del trabajo, ofrecer una reflexión ante este hecho. Creemos que, aun siendo legítimo el Gobierno y la representación parlamentaria actual surgida de las urnas y, por tanto, las decisiones que en dicho parlamento se acuerden, la sociedad civil puede manifestar y orientar, desde su opinión y acción pacífica, las medidas que el poder legislativo y ejecutivo lleven a cabo. Especialmente cuando muchas de ellas no han sido fruto de la negociación y el consenso entre los distintos agentes sociales, en un momento en el que la realidad socioeconómica y las cifras de desempleo demandan políticas y reformas estructurales.
En este sentido, la HOAC y la JOC  hicimos pública el pasado 16 de febrero nuestra valoración de la reforma laboral. Nos parece injusta y rechazable, porque constituye un duro golpe al derecho laboral y a los derechos de las personas y familias trabajadoras. Los recortes en derechos laborales y sociales que se están imponiendo son injustos y completamente injustificados. Estas decisiones afectan al conjunto de la sociedad pero, de manera más lesiva, a los sectores más débiles y empobrecidos del mundo del trabajo.
Consideramos que esta reforma, como otras anteriores, parte de un mal planteamiento: pretende someter los derechos de los trabajadores y trabajadoras a las exigencias de la economía, cuando lo justo y lo humano es lo contrario, ordenar el funcionamiento de la economía desde los derechos de las personas trabajadoras (cf. Juan Pablo II, “Laborem Exercens”, 17; Concilio Vaticano II, “Gaudium et spes”, 67). En otras palabras, como nos recuerda el catecismo de la Iglesia (2425): “La regulación de la economía únicamente por la ley de mercado quebranta la justicia social, porque «existen numerosas necesidades humanas que no pueden ser satisfechas por el mercado» (CA 34). Es preciso promover una regulación razonable del mercado y de las iniciativas económicas, según una justa jerarquía de valores y con vistas al bien común.”
Como siempre que se produce una convocatoria de huelga, recordamos que “La doctrina social reconoce la legitimidad de la huelga «cuando constituye un recurso inevitable, si no necesario para obtener un beneficio proporcionado », después de haber constatado la ineficacia de todas las demás modalidades para superar los conflictos. La huelga, una de las conquistas más costosas del movimiento sindical, se puede definir como el rechazo colectivo y concertado, por parte de los trabajadores, a seguir desarrollando sus actividades, con el fin de obtener, por medio de la presión así realizada sobre los patronos, sobre el Estado y sobre la opinión pública, mejoras en sus condiciones de trabajo y en su situación social. También la huelga, aun cuando aparezca « como una especie de ultimátum », debe ser siempre un método pacífico de reivindicación y de lucha por los propios derechos; resulta « moralmente inaceptable cuando va acompañada de violencias o también cuando se lleva a cabo en función de objetivos no directamente vinculados con las condiciones del trabajo o contrarios al bien común »” (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 304).
Entendemos que la convocatoria de la huelga general está justificada en defensa de los derechos de las personas y familias trabajadoras, y es expresión de las legítimas funciones sociales que corresponden a los sindicatos.
Más allá de la diversidad de opiniones que pueda existir sobre la convocatoria de esta huelga general, nos preocupa la manera en que algunos sectores sociales y políticos pretenden deslegitimar la acción de los sindicatos. En este sentido queremos manifestar lo siguiente:
1º.- El objetivo que plantean los sindicatos con la convocatoria de la Huelga General es legítimo, y, además, está expresamente reconocido por la Constitución Española como un derecho fundamental de la ciudadanía (art. 28).
2º.- Dicho objetivo es también justo: siempre es justo reclamar diálogo social, negociación y búsqueda de acuerdos para cualquier decisión política, mucho más si afecta a derechos fundamentales de las personas, como ocurre con la reforma laboral.
3º.- El recurso a la huelga, que debe ejercerse con prudencia, responsabilidad y de forma pacífica, forma parte de la normalidad de un sistema democrático. Esto supone, por parte de los sindicatos y de los trabajadores desarrollar comportamientos pacíficos, así como por parte de los empresarios, no coaccionando éstos a sus trabajadores por participar en la huelga ni tomando represalias, en ningún momento, contra ellos.  Es preciso, también, una actitud no violenta de los medios de comunicación social ateniéndose a criterios de objetividad, justicia y verdad; la manipulación informativa  es una agresión violenta que hemos de rechazar.
4º.- Consideramos que los sindicatos necesitan mejorar su funcionamiento y acción, especialmente en la organización y defensa de los sectores más empobrecidos y vulnerables. Pero también reconocemos que desempeñan de hecho un papel fundamental en la defensa de la dignidad de las personas, con lo que realizan una función social esencial (tal como reconoce el art. 7 de la Constitución Española). Como parte de la Iglesia en el mundo obrero y del trabajo queremos recordar, además, que la Doctrina Social de la Iglesia considera a los sindicatos un bien social: “son un elemento indispensable de la vida social (…) son un exponente de la lucha por la justicia social, por los justos derechos de los hombres del trabajo (…) un factor constructivo de orden social y de solidaridad” (“Laborem exercens”, 20). Por eso, “las organizaciones sindicales tienen el deber de influir en el poder público, en orden a sensibilizarlo debidamente sobre los problemas laborales y a comprometerlo a favorecer la realización de los derechos de los trabajadores” (Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, 307). Desde esta perspectiva, Benedicto XVI ha insistido recientemente en que en la actual situación, cuando se están poniendo en peligro derechos fundamentales de las personas y la solidaridad social, los sindicatos son más necesarios que nunca (cf. “Caritas in veritate”, 25).
                                                                             
                                                                                                        Madrid, 23 de marzo de 2012

29 M .Actos

Estimados/as todos/as:

Como tod@s sabéis el próximo día 29 de marzo de 2012 habrá una HUELGA GENERAL en España, convocada algunos sindicatos y por numerosos agentes sociales.
Los cristianos debemos comprometernos también en la reinvindicación de los derechos sociales, desde cualquiera de las formas que se nos ofrecen, para pedir a nuestros gobernantes que retiren la reforma laboral que tanto paro, desigualdad social, exclusión social ... está generando en nuestros ambientes.
Pensamos que hay otras muchas maneras para generar empleo.
Los actos que se convocan  en Córdoba son:
Además de los paros en los puestos de trabajo, 
Manifestación a las 12.30 Desde el antiguo Meliá hasta la plaza de las Tres Culturas.
* Celebración Eucarística en la parroquia de Nuestra Sra de Belén a las 20.00 para solidarizarnos con todos/as aquellos que están sufriendo las consecuencias de esta terrible reforma laboral.

Os esperamos.

domingo, 11 de marzo de 2012

MANIFESTACIÓN CONTRA LA REFORMA LABORAL.

La manifestación tendrá lugar el dia 11 de marzo a las 12 horas en la plaza del antiguo hotel Meliá.
Terminará en la explanada de renfe. Plaza de las 3 culturas.

COMUNICADO DE HOAC Y JOC ANTE REFORMA LABORAL

Estimados/as todos/as:
   Os dejamos en este espacio, el comunicado de JOC Y HOAC ante la nueva reforma laboral, por si os sirve de reflexión personal. Los cristianos debemos tener una actitud de critica y de reflexión ante todo aquello que pueda atentar contra los derechos de todo trabajador, todo cristiano y todo ser humano. Para ello debemos analizar con profundidad todo aquello que se dice o se escribe y tener una actitud de formación para poder conformar nuestro criterio personal.
   Esperamos que os sirva a modo de reflexión.
   El comunicado dice así:
 
La HOAC y la JOC ante la nueva reforma laboral
17 febrero 2012

Comunicado conjunto.

La Juventud Obrera Cristiana y la Hermandad Obrera de Acción Católica, como parte de la Iglesia en el mundo obrero y del trabajo, ofrecemos esta reflexión ante la aprobación por el Consejo de Ministros de una nueva reforma laboral.

Nos encontramos con la 16ª reforma del mercado de trabajo en democracia. Hasta ahora las sucesivas reformas laborales llevadas a cabo por los gobiernos, de uno u otro signo político, bajo el pretexto de modernizar y flexibilizar dicho mercado laboral, han transformando la concepción y función del trabajo asalariado en nuestra sociedad y están socavando los derechos de las personas trabajadoras y de sus familias.

Estas reformas siempre se han presentado como una necesidad para combatir el desempleo, pero sólo han conseguido:

‐ incrementar el empleo temporal, especialmente para los jóvenes;

‐ diversificar las modalidades de contratación a la carta;

‐ abaratar el coste del despido;

‐ reducir el crecimiento de los salarios;

‐ devaluar lo público (servicios sociales, educación y sanidad).

En definitiva, han profundizado en el trabajo precario y en el empobrecimiento de las familias trabajadoras. Un ejemplo lo tenemos en los años de crecimiento económico anteriores a la actual crisis: aún creándose riqueza y empleo, estos no sirvieron para disminuir la pobreza en nuestro país.

Ninguna reforma ha estado orientada hacia la expansión de un empleo decente como Benedicto XVI reclama en la encíclica Caritas in veritate. Los derechos que emanan de un trabajo a la altura del ser humano no pueden estar subordinados a las exigencias económicas. Es la economía la que debe orientarse a las necesidades de las personas y de sus familias; es el ser humano el centro de la actividad económica y laboral. El respeto a la dignidad del trabajo, vinculado a la dignidad de la persona, es y debe ser el criterio central de una economía orientada por “una ética amiga de la persona”. (Benedicto XVI, Caritas in veritate, 45)

Esta nueva reforma es otra agresión al trabajo humano como principio de vida. Creemos que una reforma laboral que pretende ser completa y marcar un antes y un después en las relaciones laborales, no puede hacerse sin el suficiente consenso social entre las personas trabajadoras y el colectivo empresarial. Y tendría, además, que responder a las necesidades de las familias trabajadoras y no a las exigencias impuestas por los mercados financieros, las grandes empresas, las instituciones comunitarias y los organismos económicos internacionales.

Esta reforma laboral es una vuelta de tuerca más para flexibilizar el mercado de trabajo:

‐ Quiebra el derecho constitucional a la negociación colectiva y a la capacidad organizativa de los trabajadores
–no existe negociación real de los trabajadores en el ámbito de la empresa cuando el 95% del tejido productivo español está compuesto por empresas de menos de 50 trabajadores. Este Real Decreto contempla la fractura de la cohesión social al habilitar la “caducidad” de los convenios colectivos desincentivando cualquier negociación entre las partes.
‐ Facilita y abarata la expulsión del mercado de trabajo: quita trabas al despido por causas económicas; rebaja la indemnización del improcedente (pasando a 33 días por año trabajado, con un máximo de 24 mensualidades) y elimina la autorización administrativa para poder llevar a cabo los expedientes de regulación de empleo. Los contratos indefinidos con esta nueva regulación tampoco tendrán, como los temporales, condición de estabilidad.

‐ Abre el camino para ajustar los salarios a la productividad. Con esta reforma, los salarios de los trabajadores más débiles van a depender de la voluntad unilateral del empresario.

‐ Dificulta, cuando no impide o precariza, el empleo juvenil. Más del 80% del empleo destruido por la crisis corresponde a empleo juvenil. El nuevo contrato de trabajo indefinido, especialmente para jóvenes (también para desempleados de larga duración), dirigido a las empresas de menos de 50 trabajadores, se puede convertir, más que indefinido, en un contrato temporal sin causa justificada. Estas nuevas modalidades de contratación y regulación ponen en serio peligro, aún más, la estabilidad presente y futura de la mayor parte de la juventud.

No compartimos la individualización de las relaciones laborales que propone esta reforma. Recordamos a nuestros gobernantes que el trabajo es una experiencia comunitaria y que una de las funciones de la empresa, según la Doctrina Social de la Iglesia, es favorecer la comunitariedad. Todo lo que suponga la individualización, dar prioridad a los intereses personales frente a los colectivos, significa romper la vocación a la comunión del ser humano.

No es lícito eliminar derechos y protección de las personas trabajadoras con el argumento de combatir el desempleo y de reducir la temporalidad, cuando han sido las políticas económicas de los últimos gobiernos las que han provocado que haya un tejido productivo tan débil y un empleo tan precario.

No podemos seguir flexibilizando las relaciones laborales sin garantizar la seguridad de una vida digna para las personas trabajadoras y sus familias. Y esta reforma se lleva a cabo en un contexto de quiebra del Estado de Bienestar, de reducción del Sector Público y de recortes de los servicios y prestaciones sociales sin precedentes.
Esta reforma rompe el débil equilibrio conquistado históricamente entre capital‐trabajo, alejándose del principio siempre defendido por la Iglesia de la prioridad del trabajo frente al capital. Además, supone un nuevo golpe al Derecho Laboral limitando su capacidad de frenar la creciente mercantilización y “cosificación” del trabajo humano. Consideramos que este gobierno ha aprovechado el estado de quietud y miedo de la mayor parte de la ciudadanía, para eliminar viejas conquistas laborales y aspiraciones conseguidas tras muchas luchas de tantas personas a lo largo de la historia.
Los retos actuales que atraviesa la economía española requieren medidas políticas concertadas en el ámbito internacional que subordinen la economía financiera a la economía productiva. Es preciso, como ha pedido insistentemente Benedicto XVI y el Pontificio Consejo Justicia y Paz, una reforma del sistema financiero internacional. Esta reforma supondría avanzar en justicia social y comunión de bienes, redistribuyendo efectivamente la riqueza existente; controlar la economía especulativa y frenar el desmedido afán de lucro, en lugar de eliminar derechos. Este es el camino que puede generar riqueza orientada a la creación de empleo decente y con derechos, y a  disminuir la pobreza.

Como Iglesia en el mundo obrero, en las actuales circunstancias, pedimos a las autoridades políticas, a los agentes sociales y económicos, al conjunto de los trabajadores y de la sociedad, y especialmente a los cristianos y cristianas, que caminemos juntos, con la intención de eliminar las causas que han generado esta crisis económica y, al mismo tiempo, superemos las estructuras económicas y sociales injustas que tanto sufrimiento, deshumanización y pobreza están provocando a las personas.

También instamos a los partidos políticos a corregir y reorientar, en el proceso parlamentario, esta reforma laboral poniendo en el centro de la misma el trabajo decente y con derechos y, al mismo tiempo, animamos a participar en las iniciativas y movilizaciones que se convoquen por parte de las organizaciones eclesiales, sociales y sindicales que ayuden a tomar conciencia y revertir esta situación tan lesiva para las personas trabajadoras y sus familias.

martes, 6 de marzo de 2012

Carta aparecida en el diario Córdoba

Os dejamos colgado en nuestro blog  este artículo que ha sido publicado en el DIARIO CÓRDOBA en la sección Cartas al Director ya que nos parece muy interesante. Esperamos que os guste.

LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA


El trabajo realmente humaniza al hombre y le hace colaborador con Dios en la gestación de un mundo que debe ser cada día más de acuerdo a su proyecto de salvación en claves de justicia, solidaridad, amor y perdón.
La Iglesia, en su extenso Magisterio y en su Doctrina Social, ha abordado los problemas laborales y sociales, afirmando los deberes y derechos tanto del obrero como del empresario.
Ha reconocido que toda persona tiene derecho a poseer bienes privados y que el obrero tiene derecho a un salario que le procure un sustento digno para él y su familia. También tiene derecho a asociarse para defender sus derechos de forma colectiva y solidaria, al tiempo que pueda realizar su trabajo en condiciones humanamente dignas (respeto, libertad, ausencia de tensiones, higiene, descanso adecuado...), y el deber de desempeñar su tarea con responsabilidad.
Ha afirmado que el empresario tiene el deber de pagar a sus obreros un salario digno al tiempo que los beneficios de la empresa reviertan en los trabajadores y, en definitiva, en la sociedad.
Desde Jesucristo la Iglesia levanta la voz en defensa de la dignidad humana en el mundo laboral, en ocasiones tan deshumanizado y tan competitivo.
Pedimos como cristianos que se generen puestos de trabajo en nuestra sociedad y se defienda la dignidad del trabajador/a en nuestras economías de mercado.

(5/03/2012. Francisco Baena Calvo)

domingo, 4 de marzo de 2012

Día de la mujer trabajadora

Estimados/as todos/as:

El Secretariado de Pastoral Obrera de Córdoba, este año, como todos los años, organiza una serie de actos para celebrar el Día de la Mujer Trabajadora.
Por supuesto estamos/estáis todos/as invitados/as.
Los actos son:

* Charla coloquio a las 19 horas a cargo de Dª Juani Miguel Rodríguez.
* Eucaristía a las 20 horas.

Lugar: Parroquia de Ntra. Sra. de la Aurora (Barriada de Fátima, junto a la antigua cárcel)
Día: 8 de marzo de 2012