miércoles, 12 de octubre de 2011

Contra la pobreza y la exclusión social

Queridos amigas y amigos: El Día 17 de octubre vamos a realizar un acto de Denuncia-Oración, el cual esta más que motivado y justificado  por la situación de pobreza y exclusión, que están viviendo, personas y familias del mundo del trabajo más precario y empobrecido,  en la provincia y barrios de nuestra la ciudad.
Desde el Secretariado de Pastoral Obrera, nos animan  a que le demos toda la difusión que sea posible y a que participemos en este acontecimiento.

lunes, 3 de octubre de 2011

Comunicado desde el Secretariado de Pastoral Obrera de Córdoba sobre el trabajo decente.



El trabajo decente, principio de vida para el ser humano
La persona, criatura e imagen de Dios, es el centro de la sociedad y de la comunidad cristiana. Por ello los que formamos la Iglesia no podemos permanecer insensibles a todo lo que sirve al verdadero bien de la persona, como tampoco podemos permanecer indiferentes a lo que la amenaza. Nuestra fe en Jesucristo nos reclama comprometernos para que la vida en el mundo sea más conforme a la dignidad humana, en todos sus aspectos, para hacerla cada vez más plena y humana.
El trabajo es un elemento constitutivo de esa humanidad. Como todo lo humano, el trabajo sirve al bien de la persona en la medida en que lo convertimos en instrumento de comunión y está al servicio de ella. Es decir, cuando responde a las necesidades humanas –de toda la persona y de todas las personas-. Eso sólo es posible, como nos dice Benedicto XVI, cuando, en cualquier sociedad, el trabajo –sea asalariado o no- es decente. Un trabajo de calidad y con derechos.
Por ello, erradicar la plaga del desempleo –como la que sufrimos en nuestro país- ha de ser una prioridad política y debe concitar a Gobierno, partidos políticos y a los agentes sociales a buscar medidas que generen empleo. Pero sólo aquél que esté a la altura del ser humano, que sea decente.
No es legítimo utilizar las altas tasas de desempleo para acometer permanentes Reformas Laborales bajo la justificación de “mejor un empleo temporal que un parado”. Reformas que en la práctica generan una mayor flexibilidad en el uso de la mano de obra y una transformación del mercado de trabajo amparado por el Derecho en un mercado de mercancías sujeto a la ley de la oferta y la demanda.
Cuando esto se hace, se promueve y extiende un trabajo que no es decente sino temporal, mal pagado, sin derechos, flexible e inseguro… Entonces éste deja de ser un bien para la persona, un principio de vida, para convertirse en un obstáculo para el desarrollo personal, familiar y social. Así, el trabajo se transforma en un instrumento de la actividad económica y productiva profundamente despersonalizado y rompe el ser de la persona, porque el trabajo es inseparable de quien trabaja. Cuando esto ocurre el empleo camina por un lado y las necesidades humanas por otro.
Pedimos al Señor que esta 4ª Jornada Mundial por el Trabajo Decente nos lleve a la Iglesia y a toda la sociedad a reclamar y extender un trabajo decente porque sin él nuestra sociedad no podrá caminar en comunión, justicia y dignidad.
Secretariado Diocesano de Pastoral Obrera de Córdoba